En medio de la crisis, a nivel personal este ha sido uno de los mejores años de mi vida. Seguro que hubo años mejores de los que ya apenas queda el recuerdo. Pero de los cercanos, de esos que aún permanecen frescos en mi memoria éste ha sido el mejor.
Dicen en el argot taurino que hasta el final del rabo todo es toro. Hasta al final de la vida todo es vida. Y yo me propongo vivirla hasta el final, aunque ese final esté cada vez más cerca. Yo no entiendo vivir la vida como lanzarme a la aventura diaria, para mi es vivir lo que tengo y saborearlo como el mejor de los manjares. Tal vez por eso me siento feliz. Tal vez porque vivir la vida consiste en ver la botella como recipiente a llenar no a vaciar.
En mi vida hay ahora un bebé que requiere los cuidados de sus abuelos. Y me siento rebosante de alegría por ello. Mis hijos, y nietos están sanos y felices y es todo lo que le pido a la vida. No puedo pedirle más y a veces hasta me siento incómoda por tener lo que tengo sabiendo que otros no lo tienen.
Al 2013 no le pido nada más de lo que ya tengo . No hago nuevos propósitos, sólo deseo mecerme suavemente, dejarme llevar por lo que el año me traiga de nuevo y adaptarme a todo lo que esté por llegar.
Para los demás pido 365 estrellas fugaces durante los 365 días del año, de forma que todos cumplan un deseo diario y que se agoten todos los deseos por cumplir.
Paz, amor, solidaridad y justicia para este mundo actual.
Féliz 2013