Mostrando entradas con la etiqueta agroquímicos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta agroquímicos. Mostrar todas las entradas

jueves, 18 de noviembre de 2010

La fragilidad de un niño.

Paseando hoy por mi ciudad, absorta como siempre en mis pensamientos, contemplo una escena. Un flash de esos que son como aleteos de mariposa en una mañana de otoño, llena de nubarrones grises. Un balancín con forma de cocodrilo verde. Una niña de unos 7 años tumbada en dirección a la cabeza sobre la cola del cocodrilo verde. Un niño de 5 tumbado en dirección a la cola sobre la cabeza del cocodrilo verde. Frente a frente. El niño coloca sus dos manitas en sendos mofletes de la niña, ambos se miran con esa mirada cándida que sólo ellos saben tener. Se acercan  y se besan, espontáneamente. Muy cerquita sentado en un banco su abuelo les contempla sonriendo, yo sonrío también mientras espero que una nube de corazoncitos rosas y azules se pose sobre ellos.

Sigo mi camino.

Cómo puede ser que se haga daño a los niños? cómo puede ser que se utilice a los niños ?  y recuerdo que esta misma mañana leí algo que me estremeció...

http://archivo.lacapital.com.ar/2006/09/03/region/noticia_323292.shtml

Es una noticia más, sobre maltrato infantil o adolescente.  Sólo que ésta vez los utilizan como señuelo para saber dónde se llegan fumigando campos con aviones "mosquito" que pasan a menos de 2, 3 metros de ellos. Los fumigan. Los utilizan sus padres para subsistir. Los productores y la empresa fumigadora para ganar dinero a costa de la salud de ellos.

Y esto sucede o sucedía, la noticia es del 2006, en un país culturalmente desarrollado.

¡Que contradicción!; producen para asegurarse el futuro y matan el futuro. Porque el futuro de un país son sus niños. La mejor inversión que un país puede hacer de cara al progreso y al futuro debiera ser en los niños.

Yo encontré la noticia en un blog. Sentí la náusea igual que si "el mosquito" me hubiera cubierto con su mierda. Aún la siento.

Si tú la sientes divúlgala para que los que no sienten nada, no dictan leyes o no las ejecutan, sientan la vergüenza y lo hagan. Para que ésto no suceda en ningún otro lugar.