jueves, 8 de octubre de 2009

Física y Química.

Creo que las relaciones personales son una cuestión de Física o de Química.

Conoces a alguien y enseguida te formas una idea mental con una valoración más o menos positiva. Y en el periodo de tiempo que dura la relación con esa persona sigues añadiendo o restando "iones" positivos o negativos. Esto debería cesar cuando terminas de conocer a esa persona. Pero en la realidad nunca acabamos de conocernos, porque todos evolucionamos mentalmente y porque aún sin evolucionar no podemos responder de igual manera cuando nuestro estado anímico no es permanentemente el mismo. Sería muy aburrido que siempre fueramos emocionalmente estables.

Cuestión de Física. Simplemente se reduciría a eso, a una cuestión de Física. Una serie de atributos positivos y otros negativos formando una carga eléctrica para cada persona que conocemos. Neutralizandose los positicos con los negativos de forma que al final queden cargas sólo de un signo, positivas o negativas que valoran desde nuestro punto de vista el comportamiento, la forma de ser de esa persona.

No siempre la calificación positiva o negativa coincide. Son opiniones personales y por tanto lo positivo para unos puede ser negativo para otros.

Visto así sería muy sencillo relacionarnos. Cada uno se relacionaría con aquellas personas que él considera muy positivas. Pero son siempre estas personas las más atractivas?

A veces en las relaciones afectivas personales también se cumple la ley de la Física, aquella que decía que polos de diferente signo se atraen...

O es que tal vez no sea sólo una cuestión de Física sino que también intervenga la Química.

Cuestión de Química. La química es algo que está ahí, en el subconsciente, algo que no es voluntario sino inconsciente e intuitivo. Es ese puntito de complicidad, de sentirse agusto al lado de determinadas personas, de sentirlas cercanas aunque no sean afines, de saber que no comparten tus puntos de vista pero sí que comparten tus sentimientos. La química la sientes con las personas que adivinan tu estado de ánimo sólo con mirarte del mismo modo que tu adivinas el suyo. No importa que su carga sea negativa, no importa no coincidir en comportamientos, lo verdaderamente importante es coincidir en sentimientos.

Así es como yo lo veo...

jueves, 10 de septiembre de 2009

El regreso

A un viaje siempre se debe ir con las alforjas vacías o casi vacías. Tan solo se debe meter en ellas un poco o un mucho de ilusión. Es bueno ir llenándolas poco a poco en el destino.

De esta manera emprendí mi último viaje. Fuí llenándolas de paisajes, historia, pintura, arquitectura, flores, pájaros, agua, mucha agua, otras gentes, otra cultura, otro modo de vivir, más alegría, mayor libertad, bicicletas, tulipanes, niños, verde, parques, cerveza, mucha cerveza, risas, chocolate, mucho chocolate, momentos felices, vivencias...

Si todas esas vivencias pesaran, sin duda habría tenido que pagar un exceso de equipaje. Un equipaje en el que todo está mezclado, y nada tiene un orden. Deseo llegar de nuevo a casa para poder asimilar todo lo vivido en los últimos días...



Pero antes debo hacer un pequeño viaje al lugar de siempre. A ese lugar que no es exuberante en nada, a ese lugar donde no hay agua, ni quedan niños, ni hay verde...

A ese lugar que me llena de emoción, de tanta emoción que me desborda... y no puedo controlar...
Y tanto se me nota... que alguien se me acerca y me dice...- Tú quieres tanto a esta tierra que si alguna vez no tienes un lugar donde quedarte, no te queda familia donde ir, tienes un sitio en mi casa...

Y ante eso, cierro los ojos tratando de contener las lágrimas y no puedo... abrazo a esa persona. Admiro su ternura, su intuición, su generosidad, su sencillez y nobleza.
Y pienso que esta es la razón por la que vuelvo todos los años, por esta gente que es mi gente, por todo lo que de ellos aprendí de niña, por los recuerdos, porque siempre me demostraron mucho cariño...porque los quiero, porque amo esta tierra seca y dura, de grandes y limpios cielos y paisajes ... porque así son ellos, secos y duros, de mirada limpia y corazón inmenso.
Y ahora sí...ahora regreso con las alforjas llenas.

jueves, 20 de agosto de 2009

tontos felices


Dicen que los tontos, los faltos de inteligencia son felices. Que cuanta menos inteligencia tienen más felices se les ve.

Sin estar totalmente de acuerdo porque he conocido inteligentes bastante felices, no hay que negar la veracidad de que cuanto menos capacidad tienen para pensar más felices son.

Leo con mucho retraso ( Diciembre del 2007) el artículo de Arturo Perez Reverte en el Semanal :

Permitidme tutearos imbéciles...

http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_firma=5150&id_edicion=2687

Y a la vez recuerdo algo que oí hoy en la tele... Parece ser que somos uno de los países más felices ...

Me pregunto si es el retraso cultural que tenemos el que nos ha hecho más tontos y por tanto más felices.

Me pregunto también si esa es la razón por la que somos tan poco críticos con lo que sucede. Si es que nuestra capacidad de pensar ha disminuido tanto que no nos importa nada el desempleo, la crisis económica, la enseñanza, la corrupción, la falta de moral, la insolidaridad y todo lo demás...

Me pregunto hasta donde puede llegar nuestra tontunecedad y autocomplacencia, nuestro conformismo y nuestra falta de rebeldía...

Me pregunto si nuestra tontunecedad no será algo estrategicamente ideado y fomentado por los politicos de turno. Cuanto más necios seamos, menos cuestionaremos lo que hagan y manipulen...

Concluyo pensando que tal vez sea la pescadilla que se muerde la cola, los politicos nos quieren tontos y tenemos los políticos que nos merecemos...

martes, 28 de julio de 2009

La música es evocación


No, en esta noche ya no pienso amor en ti
abrí los ojos solamente para ver
si en torno a mi giraba el mundo como siempre...
Gira el mundo gira
en el espacio infinito
con amores que comienzan
con amores que terminan
con las penas y alegrías
de la gente como yo.
El mundo
que no ha parado ni un momento
y en su silencio yo me pienso
que no soy nada frente a ti...
El mundo...
por eso ahora yo te miro
la noche viene y llega el día
Y ese día vendrás.




Es indiferente la canción que oigas. No necesita ser la más maravillosa de las canciones.

Ayer, por casualidad oí esa canción y cerré los ojos para evocar, mis 19-20 años, minifalda de cuadros escoceses, medias cortas haciendo juego, los libros bajo el brazo, la pandilla de la facultad, el bar en que nos reuniamos... unos segundos que me transportaron a la mejor época de mi vida...es la sensación de volver a estar allí y la frustración de no poder atrapar el tiempo pasado, sería maravilloso poder ir y venir en el tiempo...volví a escucharla una y otra vez y no conseguí prolongar esos segundos...