La libertad de expresión es posterior a la libertad de pensamiento. No se puede llamar libertad de expresión a lo que parte de un pensamiento no libre.
A lo largo de nuestra vida asimilamos y damos por válidos muchos conceptos que no son más que las opiniones de otros, no las nuestras y a veces ni siquiera eso. No partimos de cero. Partimos de la educación que desde niño recibimos. Partimos del lavado de cerebro que otras personas con mayor o menor buena fe ejercieron sobre nosotros. Es difícil partir de cero, y tener libertad de pensamiento. Discutimos sobre política y no nos damos cuenta de que partimos de enseñanzas inculcadas o de la rebeldía a las enseñanzas inculcadas.
Educar en la libertad de pensamiento es una tarea difícil. Los adultos tenemos un modo de conducta adquirido y estamos siempre convencidos de que nuestro modo de conducta es el mejor. Y tratamos de convencer a los que nos rodean con nuestro ejemplo. Creo que esto es un error, hay que educar a los niños en la libertad de pensamiento. Hay que enseñarles a que conozcan los hechos. Los hechos nunca son discutibles. Una vez conocidos los hechos ellos deben valorar. Deben partir de cero y ver los pros y los contras de cada situación sin que nadie intente manipularlos.
Con frecuencia vemos personas que son un fiel calco de lo que sus padres les inculcaron, y aquellos el fiel calco de lo que los suyos les transmitieron. No se cuestionan nada. Todo lo dan por hecho. Se parte de que unos padres quieren siempre lo mejor para sus hijos y lo mejor es transmitirles la herencia de valores que ellos heredaron. Nadie se pregunta el por qué. Pero es que todo lo que heredamos eran valores?. La libertad de pensamiento sólo la puede ejercer el que cuestiona y critica lo que le rodea, aquello que otros dan por bueno.
Los padres y la escuela deberían de tratar este tema con seriedad. Educar en libertad es eso. No tratar de convencer de que tu verdad es la única. Inculcar a los niños y a los adolescentes a que se cuestionen ¿esto es bueno per se? o es malo per se? lo que es malo nunca puede ser bueno aunque los padres, la escuela, la Iglesia, y otros educadores lo bendigan.
Con frecuencia observo los comportamientos de los adultos... responden a esquemas, se encasillan en grupos, todos cortados por el mismo patrón, esto en los grupos políticos en nuestro país es evidente...son clones...no hay nada de la oposición que sean capaces de considerar como bueno...ni como medio bueno...por contra repiten como loros consignas de su partido o de su inclinación política.
Comparten en las redes sociales la misma basura... no discuten de política, no ejercen la libertad de pensamiento. Ejercen lo que ellos llaman libertad de expresión, lo que yo llamo su cuadrícula mental. No se cuestionan que tal o cual directriz de su grupo es un error, no piensan, se limitan a repetir las ideas de otros sin pensarlas, sin razonarlas.
José se llamaba el padre, Josefa la mujer y el hijo que tenían también se llamaba José...
2 comentarios:
Un esclarecedor artículo el suyo.
Mal asunto cuando a los tres o cuatro años del niño, los adultos se han cansado de "engañarlo", de guiarlo con tacto y astucia, para pasar a la acción adulta, es decir al castigo, a la orden, en definitiva a la manipulación.
Me animé a opinar aquí porque, qué casualidad, pensaba en este tema hace unas horas.
Un cordial saludo
Poessia gracias por opinar. Siento no haber visto tu comentario antes. Así es, confieso que yo misma pude haber tenido ese error con mis hijos alguna vez.
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