jueves, 15 de noviembre de 2012

Hoy he querido recordarte




Relato para un concurso que nunca se celebró.

Hoy quiero recordar…

Los veranos de nuestra niñez, cuando cogidos de la mano, correteábamos entre las mieses y apenas sobresalían  nuestras cabezas sobre las espigas de trigo, los dos rubios y perfectamente camuflados en la distancia, jugábamos a escondernos de nuestros mayores.

A veces me hablabas de él, de tu compañero de juegos en el colegio y despertabas mis celos de niña.

Revoloteábamos con las mariposas de vivos colores, buscábamos enjambres de abejas colgados de los árboles, chapoteábamos  en el río,  en los hilillos de agua plateada que serpenteaban entre los cantos rodados y acurrucados detrás de los juncos, espíabamos a las ranas…

Todos los días eran aventura, todos los días la misma aventura y todos diferentes…

Dormíamos la siesta tumbados a la sombra de los chopos de la ribera, y mecidos por el canto de las chicharras, el croar de las ranas y el calor del estío adivinábamos blancas sombras chinas en el intenso azul de nuestro cielo castellano.

Hueles a trigo te decía…tu hueles a menta me respondías

…..

Hoy quiero recordar

Los veranos de nuestra adolescencia, nuestros tranquilos paseos por los mismos lugares de nuestra niñez, tus proyectos, los míos, el soñar juntos en compartir también los otoños, los inviernos, las primaveras…

Seguías hablandome de él, de tu mejor amigo, y yo deseaba conocerle.

De nuevo la misma ribera, los mismos paisajes, diferentes los juegos…diferentes tiempos aquellos, en los que las mariposas de colores aleteaban  dentro de nosotros cuando nos cogíamos de la mano, las caricias electrizaban nuestro cuerpo y tu mirada era TODO

Sabes a trigo te decía…tu sabes a menta me contestabas…

…..

Hoy quiero recordar

La terrible noticia de aquel  otoño, justo en el momento en que comenzaban a hacerse realidad nuestros sueños… tu enfermedad… tu esperanza, la mía

No fue posible… en primavera, cuando de nuevo tocábamos la felicidad con la punta de los dedos, sucedió lo inevitable

No quise volver a recordarte. Activé en mi mente todos los mecanismos posibles para que tu memoria no me causara dolor, borré todo aquello que pudiera recordarte, levanté un muro y me escondí tras él.

Han pasado muchos años sin ti, sin recuerdos pero a veces, raras veces, cuando esa atmósfera dorada y mágica de nuestros atardeceres se volvía a producir, el olor a trigo inundaba mi entorno y notaba la suave caricia de tus manos entre mi pelo y era inevitable que mis ojos se llenaran de lágrimas… de nuevo la realidad, de nuevo sin ti, de nuevo el muro que separa el pasado del presente…

….

Ayer, de forma casual, me presentaron a alguien… no puedo explicar lo sucedido…después del protocolo de las presentaciones y sin saber nada de él, le pregunté por ti… quizás era el atardecer dorado, quizás olía a trigo, tal vez revoloteaban de nuevo mariposas de colores…Él, después del asombro ante la pregunta, supo quién era yo, emocionados ambos nos disculpamos del resto y nos fuímos…

Lloré  recordándote, todo lo que durante estos treinta años  no pude  hacer. Recordamos tu inteligencia, tu bondad, tus proyectos… nuestro dolor… y poco a poco la sensación de paz se iba apoderando de nosotros… el reloj se paró primero, para retroceder después y revivir nuestros recuerdos contigo…

Flotábamos en la atmósfera de la nostalgia cuando nos despedimos, nos abrazamos y nos emocionamos de nuevo _ hueles a trigo sussurré -y tu sabes a menta … alcé mis húmedecios ojos  y creí ver tu mirada en los suyos.


Hoy he querido recordarte

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