martes, 29 de enero de 2013
Calma chicha
Así es como me siento, en un maravilloso período de calma chicha. Cuando saboreo la quietud de mis días en calma es cuando más feliz soy. Y cuando por un momento pasan por mi cabeza, viejas historietas que me inquietaron en su día, las borro de mi mente. La vida es experiencia. Y he aprendido a aceptar que quien no se interesa por mi es porque no me recuerda. Y si no me recuerda es que no siente ningún afecto hacia mí. He aprendido también que si alguien entra en mi vida, yo decido si se queda o no. En definitiva, he aprendido a valorar a quien me valora y no a quien me utiliza a su conveniencia. Y no es un aprendizaje fácil. Me ha costado casi toda una vida entenderlo.
El oleaje de la vida estuvo bien, pero es mucho mejor el mar en calma. Relaja más y soy más yo.
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1 comentario:
Te deseo que siga esa calma...
La vida nos enseña muchas lecciones, a veces por las buenas y otras por las malas... la vida es así, tiene sus oleajes altos, otros no tan altos y otras veces calma absoluta.
Un abrazo.
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