Hace tiempo que pienso y practico la magia de escribir un deseo. Es esa magia de las pinturas rupestres. La magia primitiva del que cree que escribiendo o dibujando el deseo, éste se cumplirá.
Hace un mes yo no sabía quien era Haidar. Sabía la injusticia y las penurias de los saharauis y no me llegaban al alma. Como no llegan al alma las penurias de tantos y tantos seres que sufren diariamente. Los ves en la tele, te estremecen el corazón unos momentos y los olvidas inmediatamente.
No es que Haidar vaya a hacer milagros en mi encallecido corazón. No sé cuál va a ser el final de esta amarga historia. Sea cual sea el final, nunca podré olvidar el ejemplo de esta mujer que es capaz de dar su vida por defender unas ideas en las que ella cree.
Ojalá tenga un final féliz. Ojalá Aminetu vuelva con los suyos. Ojalá consiga que alguien haga algo por su pueblo. Ojalá ellos no nos guarden rencor. Ojalá nosotros sepamos merecer su perdón.
Mis deseos están escritos...que la magia se cumpla
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