martes, 13 de octubre de 2015

Triste y de imbéciles

Es muy triste no querer ser español y serlo.
Es muy triste tener que vivir en un país que odias.
Es de imbéciles vivir en un país que odias pudiendo vivir en otro lugar que admiras.
Es de imbéciles seguir siendo español, odiando a España y no solicitar la nacionalidad del país que idolatras.

Dime que sacas no queriendo ser español y no renunciando a tu nacionalidad de orígen y te diré quién eres.

Mi respeto a los que no sienten a España como yo la siento. En cuestión de sentimientos es el corazón el que manda. Mi país es una parte importantisima de mi vida. Porque mi país es la gente, es la luz, el sol, el paisaje, y el paisanaje, la gastronomía, el arte, la historia, la cultura, todo lo bueno y todo lo malo que me ha acompañado desde que nací. Si hubiera nacido en otro lugar sería otra persona diferente, ni mejor ni peor, diferente. El yo y las circunstancias una vez más, pero yo me siento orgullosa de ser quien soy, orgullosa de ser española y eso no significa ser nacionalista, ni mucho menos, siempre a favor de la desaparición de las fronteras físicas, también de las mentales ...
Orgullosa de mi orígen español, de mi tierra castellana y de mi país España.
No voy a respetar a quienes en su ejercicio de libertad de expresión para demostrar que no se sienten españoles se rian y mofen de mi país y de los que sí nos sentimos españoles ni aunque su pasaporte refleje que no son españoles porque yo jamás me reiré de ningún país. Pero si además lo hacen con un pasaporte español, les pediría que por un mínimo de coherencia y de dignidad renuncien a su nacionalidad española.

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