El gurruñito marmea y gimotea...Lo tomo en brazos, pensando que será algún gasecillo lo que le incomoda, se contrae y protesta a su manera con sus lloriqueos, lo cambio de postura una y otra vez y lejos de apaciguarse va a más, le canto y se pone peor, no es de extrañar, ahora ya es una escandalera la que tiene, le beso un montón de veces para que note el contacto y que si quieres lo cambio de brazo y comienzo con la dósis de golpecitos en la espalda mientras lo coloco en posición vertical con su cabecita sobre mi hombro, paseo en una dirección y en otra y me desespero yo más que él, estoy a punto de arrojar la toalla dandome cuenta de mi fracaso güelil pero mientras lo pienso el gurruñito suelta el gasecillo que tanto le molestaba.
Se calma un poquito y es el momento de colocarlo tumbado sobre el brazo izquierdo para comenzar con el merengue, primero a ritmo rápido porque el gurruñito sigue gimoteando, me muevo acompasadamente, a un lado y otro, sobre mis caderas, y al mismo tiempo comienzo el meneíto con mis brazos, arriba y abajo, hay que llevar el ritmo, si lo pierdes estás perdida porque el gurruñito es muy listo y lo nota. Tienes que darle movimiento al principio e ir poco a poco disminuyendo. Mientras sigo con mi particular merengue le observo por el rabillo del ojo, él tienes los suyos abiertos pero de vez en cuando los entorna y los pone en blanco, es el primer síntoma de que se está durmiendo, yo sigo balanceándome sobre mis caderas cada vez más pausadamente, es importante no parar en estos momentos, inspiro profundamente y expiro un par de veces, luego comienzo a respirar muy lentaente como si la que se estuviera durmiendo fuera yo, para que oiga el lento latido de mi corazón y coja el mismo ritmo, con mis dedos de la mano derecha tecleo el piano sobre su culito, do re mi, do mi, do mi, re mi fa fa, mi re fa, es lo único que me sé...por fin el gurruñito se ha dormido.
tiene su aquél este merenguito...