miércoles, 2 de febrero de 2011

Improvisación

Pasarela peatonal sobre el río Pisuerga en Valladolid ( Museo de la Ciencia)

 "El ser humano tiene infinitas formas de maldad en su naturaleza, basta darles salida. La bondad es más trabajosa, requiere voluntad"
Ramiro Santisteban, superviviente a 5 años de Mathausen

Yo soy todo o nada. A veces me como el mundo y otras el mundo me come a mi. Ahora estoy en la fase segunda pero puede que mañana vuelva a estar en la primera. Mentalmente siempre he sido una montaña rusa, aunque tengo que reconocer que bajar, bajar hasta lo más profundo, sólo dos o tres veces en mi vida.

Soy una enamorada de la vida, pase lo que pase a mi alrededor pero también soy extremadamente sensible, y es  esa sensibilidad la que me hace apasionarme por cualquier cosa y también decepcionarme, es mi tobogán mental.

Ahora estoy en época de decepción. Me decepciona el comportamiento de esta sociedad. No logro acostumbrarme a la idea de que no todo el mundo es bueno.  He creído en la bondad del hombre, he disculpado conductas por aquello del yo y las circunstancias de Ortega, las circunstancias son las culpables de la maldad de cada uno, siempre pensé esto.

Ultimamente  me doy cuenta que llevamos años de malas circunstancias, porque cada vez hay más personas que hacen daño sabiendo lo que hacen. Cuando  siento la maldad  cerca, el miedo me recorre el cuerpo y la mente. Ahora, como cuando era niña, echo a correr y busco la salida más cercana.

Pasado un tiempo, subo de nuevo a lo alto de mi tobogán interior, vuelvo al lugar y me enfrento a la maldad... ahora no puedo.

4 comentarios:

diego dijo...

Reabriste tus deseos. Gracias por exponerlos a la luz. No sé qué es lo que te tiene mal, pero ya sabes mi forma de pensar: solo los problemas de salud o familiares deberían ponernos tristes. Y no creo que esos sean tus problemas. Los demás hay que aparcarlos en la esquina de las cosas prescindibles. Aunque tu sensibilidad te ponga trabas a veces. Un beso

suculentas en venta dijo...

Coñe...esta mañana cuando me hablastes del tobogán no entendía nada. :D

Este blog lleva abierto mucho tiempo.

Besucos y mil gracias... Ya estoy bien.

impersonem dijo...

Esto es lo que tienen los vaivenes de esta vida, hay veces que hacemos cumbre en nuestros propósitos e ilusiones y otras nos vamos al hondo. La estructura que rige este mundo y lo que en él habita se lo pone muy difícil a los sensibles, te lo digo por experiencia (sentir lleva muchas veces acarredo el sufrir, la empatía duele, sobre todo cuando uno la siente por todos y todo y los demás no la sienten por uno), pero mejor ser sensible que insensible, se aprovechan mejor las experiencias ("de la leche agria se hace el requesón", que dijo León Felipe), y lo que no nos mata nos hace más fuertes y lo que hoy nos hunde, una vez trascendido (la flexión y reflexión mental y la voluntad psíquica y física lo harán posible ), nos ayudará mañana a leer mejor las pistas que ha dejado por ahí la "verdad" para descubrir el mejor camino hacia la cumbre. Hoy es hoy y mañana su constante y "suficiente para cada día es su propio mal", puede ser que mañana, u otro día cualquiera, Isis aparte su velo y sepamos el porqué de las cosas y el porqué de los comportamientos que se dan en este orden social que tiende al absurdo... pero en fin, eso tal vez sea mañana... hoy seguimos viviendo en una cueva oscura y Prometeo se retrasa, aún no hemos decubierto que el fuego también sirve para alumbrarnos y no sólo para destrozarnos el hígado y la naturaleza... y hay quienes metabolizamos las emociones con poca bilis (los sensibles) y hay quienes las metabolizan con mucha bilis (los insensibles)... y hay quienes ni siquiera las metabolizan (no sé cómo llamarlos)...

... bueno, perdón por el rollo... es que me siento identificado con lo que dices, aunque yo soy muy cabezón y le planto cara al mundo y cuando me hundo aprovecho para ver cómo salgo de ahí, y aprendo cosas, y no sé si realmente me hago más "sabio" y más fuerte, aunque a mí me parece que sí.

Besos.

suculentas en venta dijo...

Me gusta leerte imper... Lo leí hace días, cuando lo escribistes, pero a veces eres tan profundo que necesito leerte más de una vez para asimilarte.

Te lo he dicho más veces... te lo digo hoy en palabras de Bertol Brecht.

Era algo así como...

Hay hombres que luchan un día, son buenos
Los hay que luchan una semana, son mejores
Y los hay que luchan toda una vida, esos son los imprescindibles.

Yo creo que tú eres de estos últimos, yo en cambio soy más inconstante, arrojo la toalla enseguida.

Gracias