domingo, 1 de junio de 2014

La puerta al final del jardín...


Caía la tarde, el sol doraba aún más el paisaje...la atmósfera era cálida y  aún trinaban los pájaros buscando acomodo en los árboles. Desde la casa, sentada en el porche miraba ensimismada la puerta del fondo del jardín. Alguna vez me había atrevido a llegar hasta ese lugar, incluso alguna vez había curioseado a oscuras el interior. Una habitación cuadrada, vacía sin nada dentro...tan sólo una mesa y dos sillas en el centro. 

Estaba sóla en la casa y decidí llegarme hasta allí y mirar con detenimiento. Cogí una cena frugal, un poco de fruta y un vaso de leche. Abrí la puerta y la dejé abierta para que entrara la luz. Posé mi cena sobre la mesa y giré la cabeza en redondo escudriñando con la mirada la habitación. A mi lado a la derecha, un fogón de azulejos blancos con un escurreplatos y media docena de platos todos diferentes. Las otras tres paredes estaban recubiertas de paneles de madera de color roble..

Me acerqué un poco más y empujé lo que parecía ser un armario. Dentro había unas cuantas perchas con vestidos de vivos colores, quién había podido dejar esos vestidos ahí? o tal vez alguién vivía allí.

Al fondo descubrí otra puerta que abrí...daba a una calle por la que yo nunca había transitado. Era un camino polvoriento, flanqueado por casitas similares a la que yo tenía tras de mi. En la primera de ellas, en un pequeño jardín, una señora hindú con sari largo daba la mano a una niña, ambas volvieron la cara para mirarme. Yo no podía ver sus caras porque el sol se estaba terminando de meter por detrás de ellas. Les pregunté si sabían quién vivía en esa casita. La niña respondió:- una chica jóven, la madre no dijo nada, puede que no entendiera mi idioma... Bajé por la calle y seguí preguntando a todos los  que me encontraba al paso, nadie supo decirme quién vivía en aquella casita que cada vez quedaba más lejos. Era muy extraño puede que hubiera un pacto de silencio, si la niña hindú la había visto era imposible que el resto no la viera.

El sol finalmente se puso, la oscuridad poco a poco fué total, quise volver, de pronto tomé consciencia de que había violado la intimidad de alguien, me sentía como ricitos de oro, la niña del cuento de los tres ositos. Había entrado en una casa y lo que es peor había dejado mi vaso de leche y mi fruta sobre la mesa. Sentí pánico de ser descubierta. Quería volver pero ya me había pasado otras veces en otros lugares, cuánto más intentaba volver más me alejaba, la angustia se apoderaba de mi  a cada paso que daba, a la derecha, luego a la izquierda, otra vez a la derecha...ya no había nadie en el camino y tampoco había casas, nadie a quien preguntar como volver....

A lo lejos pude ver las bombillas amarillas de un suburbio de no sé cuál ciudad.... 

miércoles, 16 de abril de 2014

Ver o no ver ...esa era la cuestión


Si algo he soportado mal de la edad ha sido la pérdida de visión. Nunca he podido llevar gafas más allá de unas gafas de sol que eran absolutamente necesarias para mis ojos claros.

Ver a través de un cristal no es lo mismo que ver con tus ojos, nunca es igual de nítido, ni el campo visual es el mismo. Tal vez por eso, de niña llegué a perder 6 gafas el mismo año, cuando  el oculista se empeñó en corregir mi propensión a los orzuelos y mi media dioptría de astigmatismo.

Pero lo peor vino a partir de los 55 cuando comencé a perder vista de lejos. Entonces opté por las lentillas de usar y tirar al cabo del mes. La primera vez que me las puse recuerdo que pensé:"esto es como haber ido a Lourdes. Me parecía milagroso, volvía a ver bien y con mis ojos.

Por aquel entonces leí que operaban la vista cansada de lejos, pero que había que esperar a que dejaran de aumentar las dioptrías. Durante años he usado a mi manera las lentillas de lejos. Que es a mi manera? haciendo burradas, me resultaban tan cómodas que eran una parte de mi, no me las quitaba ni para dormir. La verdad es que muchas veces me dormía sin darme cuenta que las llevaba puestas.

El año pasado fué un año de tener conjuntivitis cada dos por tres en mi ojo derecho. No creo para nada que se debiera a las lentillas, sino que más bien pienso que es algo alérgico y que volverá a ocurrir. Pero a cuenta de esa conjuntivitis volví a las gafas. Y volví a no soportarlas...que si de cerca, que si de lejos, nunca encontraba la gafa que necesitaba, me compraba algunas en farmacia y tenía gafas en todos los lugares de la casa para evitar el estarlas buscando constantemente.

Un día mi marido y mi hija confabulados me dijeron te podías operar...y les tomé la palabra.

Fuimos a la clínica que yo consideré me inspiraba más confianza. Todo tipo de aparatos, y la conclusión.
 -Si se opera le quitamos las gafas, no volverá a usar gafas.
- Bueno tendré que usar gafas para leer dije.
- No señora, ni de lejos ni de cerca.

Dije sí de inmediato y fijamos fecha...

Después me informé y me entró un miedo increíble...dispuesta a decir que no pero sin llamar por teléfono, esperando que llegara el momento que me atreviera. Sentía que me quitaban algo que era mío, el cristalino, y que era irreversible ...Cuando les comuniqué mi no a la familia...mis tres hijos me dijeron de todo. Mi marido lo mismo.

Yo les decía, no tengo necesidad de ir, con gafas veo bien....ya iré dentro de tres años...

- No ves una mierda mamá, dijo mi hijo

- Y si vas a ir dentro de tres años por qué no vas ahora y lo disfrutas más tiempo dijo mi hija? e insistió, para que quieres un cristalino con el que no ves?... (coñe pero es mío, pensaba yo)

Seguí manteniendo la fecha de la operación mientras me decía...siempre has sido osada para todo que ejemplo vas a dejar con tu acobardamiento a tus hijos? y eso me animaba...y al minuto siguiente me decía que el mejor ejemplo era ser prudente y no meterme en aventuras...luego que aventura ni que narices si es una intervención sencilla y sin apenas riesgo... después mi otro yo decía; el riesgo es mínimo pero y si se te infectan los ojos? puedes quedarte ciega incluso puedes morir, y así durante un mes y medio...hasta que un día me dije lo hago y no hay marcha atrás...

Y por fin lo he hecho. Primero un ojo y a la semana el otro. Y hoy escribo por primera vez en este blog sin gafas y sin lentillas de usar y tirar. Ya sé que tengo una lente intraocular... pero soy consciente que la lente con la que nací, mi cristalino, cada vez era más opaco y deforme.

La Ciencia avanza gracias al esfuerzo de mucha investigación y hoy más agradecida que nunca a esas personas que han hecho el milagro de que de nuevo vuelva a ver con mis ojos.

Y feliz...muy  muy feliz

domingo, 12 de enero de 2014

No soy un robot

http://www.imagui.com/a/gif-de-robots-cLLrdxMeK


Tiene gracia la cosa!!! Demuestre que no es VD un robot.

Y para demostrar que no soy un robot cada vez que hago un comentario en un blog tengo que escribir dos "palabras" sin sentido, de esas que se te quedan atragantadas o dos cantidades numéricas. No es suficiente con que me haya enrollado en el comentario... además tengo que demostrar que no soy un robot y que llevo las gafas puestas, incluso a veces tengo que echar mano de la lupa y de la imaginación para ver que letras son o si son mayúsculas o minúsculas. Y ya si ni con esas lo logro descifrar, hay que volver a darle hasta que seas capaz de ver lo que pone.  Y todo para demostrar que no soy un robot? ¡contras! pues si ya entro con mi identidad bloguera a hacer el comentario ¿que más quieren?

 ¿No hay otra manera ? ¿Que tal un espejo?,  ¿ y dejando la huella? , ¿y santo y seña? al menos sería siempre lo mismo y no tendría necesidad de dejarme los ojos pegados a la pantalla, y digo yo... ¿y por qué tienen que ser ilegibles? ¿por qué los palabros no están rectos y no tienen las letras del mismo tamaño?, ¿es que acaso los robots no pueden leer las palabras con las letras amontonadas?...

A ver si va a ser que soy un robot...


jueves, 26 de diciembre de 2013

Solo le Pido a Dios que el futuro no me sea indiferente



Sólo le pido a Dios 
que el dolor no me sea indiferente 
que la resaca muerte no me encuentre 
vacía y sola sin haber hecho lo suficiente. 


Sólo le pido a Dios 
que lo injusto no me sea indiferente 
que no me abofetee la otra mejilla 
después de que una garra me arañó esta suerte. 


Sólo le pido a Dios 
que la guerra no me sea indiferente, 
es un monstruo grande y pisa fuerte 
toda la pobre inocencia de la gente. 
Es un monstruo grande y pisa fuerte 
toda la pobre inocencia de la gente. 

Sólo le pido a Dios 
que lo injusto no me sea indiferente 
si un traidor puede más que unos cuantos 
que esos cuantos no lo olviden fácilmente. 

Sólo le pido a Dios 
que el futuro no me sea indiferente 
desahuciado está el que tiene que marcharse 
a vivir una cultura diferente. 

Sólo le pido a Dios 
que la guerra no me sea indiferente, 
es un monstruo grande y pisa fuerte 
toda la pobre inocencia de la gente. 
Es un monstruo grande y pisa fuerte 
toda la pobre inocencia de la gente.

No suelo dedicar mucho tiempo a la nostalgia y tampoco le dedico demasiado tiempo a mi futuro más allá del corto plazo. 

Hoy mientras oía esta canción y tenía en brazos a mi nieto mirándome con esa inocencia con la que te mira un niño de año y medio, volví a revivir mi pasado , ese pasado de las ilusiones de un mundo mejor, mucho más solidario, cuando el futuro era verde que es el color de la esperanza...

Ahora con este presente, sólo le pido a Dios que  el futuro no nos deje indiferentes...que si unos traidores pueden más que otros que esos otros no lo olviden facilmente